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Boca Chica, playa del pueblo que va en franco deterioro

Boca Chica.-El progresivo deterioro que cada vez más registra la emblemática playa de Boca Chica está convirtiendo ese balneario en una ruina turística.

Los drenajes de aguas por cañerías de negocios en el litoral, hacinamiento de estructuras y “tarantines” que no respetan los 60 metros que se deben dejar en las áreas de amortiguamiento son algunos de los males que impactan negativamente la zona.

Desde la entrada de la Duarte las aguas cloacales con pestilentes olores, la basura, el abandono y mal aspecto de las casetas sucias donde se ofertan los tradicionales pescados, batatas fritas y yaniqueques, dan la bienvenida al visitante.

Cuando la gente se acerca a la costa encuentra muros y bancos rotos de cemento que hoy acogen a “guías turísticos”, además de kioscos sin criterios que arrabalizan por completo el más popular balneario del Gran Santo Domingo, muy valorado años atrás.

Una vez el visitante se adentra a la playa, observa las descargas de agua contaminada, donde prosperan lamas verdes y se bañan los niñas y niños .

Calidad del agua

¿Aquí se mide la calidad del agua en las playas?, fue la reacción de Benito Alonso, un turista español que por más de 20 años visita esa y otras zonas de bañistas del país.

Pese a disfrutar del lugar, arrastra dudas de si el mal aspecto de la costa y el entorno podrían incidir en la salud de la gente.

“En mí país sí estoy seguro de que se hace, porque se vive del turismo; aquí no estoy seguro, veo más sucio por todas partes”, comentó el extranjero que junto a un conciudadano se daba un chapuzón y recorría con dificultades el litoral.

Al igual que otros visitantes encuentran allí un espacio de recreación cercano a la Capital, pero se resisten a creer que al caminar se ven obstaculizados con sillas, mesas “chairlong”, piedras, muros de arenas en sacos de ‘naylon’ y verjas que separan un tramo y otro, refiriéndose a la privatización de áreas por parte de hoteles que impiden el libre acceso, como en efecto sucede.

Versión bañistas

“Yo no me encuentro tan bien aquí, porque no hay suficiente espacio y además tengo que pagar para hacer uso de casetas o sillas”, dijo Kemberlyn Difá, quien llegó con su familia desde el ensanche Isabelita con su comida a cuesta a disfrutar un rato y remembró que en tiempos atrás se estiraban debajo de los cocotales sin costo alguno.

Ángela Tejada, de La Romana, así como Juan Fernández, de Bonao, coincidieron en que allí no hay espacio para movilizarse, y es preocupante la contaminación. A eso se suman las ventas de ostras, salvavidas y cocos, como además, por parte de haitianas, ofertas de “pareos” y masajes y elaboración de peinados

Invasión Vs. turistas

Para Rafael Vizcaíno, presidente de la Asociación de Camareros y Guías Turísticos, uno de los males que más dañan el lugar es la invasión de haitianos que ha llegado, quienes pernoctan y se orinan en las calles. Justo a esta última situación atribuyen parte de la pestilencia. Estimó que allí llegan unos 3 mil turistas mensuales, especialmente rusos y venezolanos.

A diferencia de Vizcaíno, Juan Alberto Mejía Tati, de la Asociación de Fritureros de Boca Chica, que aglutina unos 18 miembros de la calle San Rafael, se quejó también del mal manejo de las aguas residuales y exposición de la basura en contenedores que afean la entrada principal, que da acceso a turistas.

Insistió en que las calles se barren porque ellos asumen esa tarea, no así el Ayuntamiento.

Arbolado costero

A diferencia de años atrás, han desaparecido muchos cocotales, uvas playa, almendras y otras especies costeras, donde la gente llegaba con su familia y, sin costo alguno, disfrutaba del sol y aire puro.

Hoy el panorama se caracteriza por el cúmulo de basura, bulla y bebentina.

Ramonita Espinosa de la Cruz, con 53 años de edad y 40 de estos al frente de una fritura, afirmó: “La playa está mala porque no hay dinero; las casetas sí deben arreglarlas y también inyectarnos dinero que no hay”.

Silencio municipal

Sobre la situación de la basura y otras competencias municipales, así como la falta de controles e insalubridad en la playa, reporteros de EL DÍA, intentaron infructuosamente lograr una reacción del alcalde, Radhamés Castro, pero no se encontraba en esos momentos.

Entre otros males que afectan este balneario y su entorno figura, además: la delincuencia, que aleja el turismo.

Ese malestar es extensivo a la parte urbana, ocurre con la arrabalización urbana, aspectos que crean muy mala impresión al visitante.

Proyecto inconcluso

Al margen de las opiniones de las personas que dependen e inciden en el balneario, Pancracio Sosa, secretario general del Sindicato de Trabajadores Playeros de Boca Chica, y regidor del Ayuntamiento, atribuye la arrabalización a los movimientos de escombros generados por la construcción de 74 casetas por parte del Ministerio de Turismo.

Dijo que esos negocios “feos”, un total de 113, que se ven en el entorno, son provisionales, pero no todos podrán ser favorecidos con las nuevas casetas.

Aseguró que una vez concluyan el proyecto, el cual inició hace dos años y tres meses, esperan sean derrumbados los tarantines que afean y le restan belleza a la zona de recreación.

Dijo que los puntos comerciales fueron concebidos para ser terminados en ocho meses.

“Medio Ambiente hace varias semanas que nos notificó y nos dio un plazo de 15 días para que la gente se ponga en orden”, añadió Pancracio, que reconoció la contaminación directa que por desagües se registra en la playa.

En efecto, del lado de Andrés, Boca Chica, donde se levantan las casetas, es acentuado el progresivo deterioro del área de parqueos y la vía de entrada. Quienes llegan a esa zona perciben malos olores y desechos por doquier.

Una hilera de baños provisionales también fueron colocados justo a la orilla de la playa y bien cerca de los kioscos donde la gente se detiene a compartir.

Ambiente da plazo

Al ser entrevistado en relación a la contaminación y ocupación de la franja de los 60 metros, Francisco Ortiz, director provincial de Medio Ambiente y Recursos Naturales, dijo que esa entidad emplazó a los ocupantes a liberar las áreas que no son de su propiedad.

Hizo un preámbulo y especificó, que la Ley 305-68 establece unos 60 metros de dominio público desde la pleamar (punto donde suben las olas), hay lugares que por su característica difícilmente se logra, como son algunos puntos de Las Américas.

“Se ha hecho un levantamiento en toda la playa de Boca Chica para determinar las áreas de dominio publico que están ocupadas y hemos procedido a notificar a los responsables, dándoles un plazo para que procedan a desocuparlas”, puntualizó.

El funcionario explicó que los plazos otorgados se establecieron dependiendo de l os tipos de estructuras . Unos 15 y 30 días para las que están confeccionadas con materiales más débiles y 30 días para las más sólidas, a fin de que puedan normalizar su situación.

Ortiz dijo que para algunos el plazo se cumplió y otros están en proceso.

“Estamos en espera de que se cumpla el tiempo para pasar a otro proceso”, dijo.

Manifestó que no avisarán nuevamente a las personas que ya notificaron, porque estos deben saber que tienen obtemperar al aviso que les han hecho. “Estamos en la fase preparatoria y próximamente actuaremos”, alertó.

Respecto a los vertidos, dijo que hay que diferenciar las aguas pluviales y otras que llegan por escorrentías.

“Esas que se evidencian son pluviales, las residuales están conectadas al sistema de alcantarillado y son tratadas”, explicó, tras especificar que han paralizado algunas.

Harán cumplir Ley

El funcionario, dejó claro que el papel de Medio Ambiente es rescatar las áreas públicas, proteger los recursos y evitar contaminación. Adelantó que también notificaron a las cadenas hoteleras para que procedan a desmantelar muros, terrazas y uso de sillas que se salen de las estructuras normales o de dominio público, porque de lo contrario procederán.

Áreas de dominio público serán liberadas

En septiembre pasado, Medio Ambiente ordenó retirar toda infraestructura que impida el libre acceso y continuidad de la franja de dominio público marítima-terrestre de 60 metros desde la pleamar, o que afecte los objetos de conservación de la franja de protección obligatoria de treinta metros en ambas márgenes de las corrientes fluviales y alrededor de los lagos, lagunas y embalses.

El titular Francisco Domínguez Brito instruyó a los viceministerios, direcciones provinciales y al Servicio Nacional de Protección Ambiental a dar fiel cumplimiento a la disposición amparada en el artículo 15 de la Constitución de la República que indica que esas áreas son objeto de protección especial.