Relatos

El retorno a Francia y la carrera diplomática

Poco después del nacimiento del pintor, la familia Chassériau abandonó Samaná para nunca más volver.  Teodoro viviría en Samaná sólo unos catorce meses, ya que su padre explica que el 29 de noviembre de 1820 vio llegar en Kingston la fragata “Cleopatre”, la cual abandonó el 5 de diciembre, llegando a Brest el 9 de enero de 1821.  El cuarto hijo del matrimonio, Alina, nació en París en 1822, no en 1821, diez años, tan sólo nació el célebre pintor, lo que hace pensar que durante esos años Benito y su esposa vivieron separados, ella tal vez en París o tal vez en El Limón, manejando la finca.  Sin embargo, dos hijos murieron a muy temprana edad, pero no sabemos las fechas.  La madre tuvo pues siete partos.
Una vez en la capital de Francia el ex soldado entró al servicio diplomático y rápidamente se trasladó a Martinica, donde, por instrucciones de Chateaubriand, desempeñó dos misiones diplomáticas frente a la Gran Colombia, visitando Cumaná y Cartagena.  En 1824 ya estaba de nuevo en París.  En 1825 el ministro de la marina rehusó darle un empleo.  En 1832 Benito fue nombrado vicecónsul en Saint Thomas donde ya había estado en 1827-28 y 1830, pasando en 1834 a Puerto Rico como agregado en el consulado.  En 1839 fue nombrado cónsul de segunda clase en San Juan.  En 1843, su hijo Teodoro, ya un célebre pintor, escribió a la cancillería pidiendo que su padre fuese ascendido a la categoría de primera clase en el consulado.

En septiembre de 1844, poco después de los dominicanos haber logrado su independencia luchando contra los haitianos que habían ocupado a Santo Domingo en 1822, es decir dos o tres años después del nacimiento del pintor, el cónsul francés en Puerto Príncipe, Levasseur, muy conocido por los historiadores dominicanos, escribió una larga carta a sus superiores en París contando sobre las faltas incurridas por el cónsul Benito Chassériau y que podrían resultar en un escándalo que Levasseur quería evitar.  El padre el pintor no había entregado una herencia de 2,000 gourdes a la Srta. Flette Ernue, que le había dejado un francés con quien se había casado en Haití, y con quien previamente había tenido un hijo.  Benito fue “sordo a toda tentativa de mediación por parte de Levasseur” y se suicidó ese mismo año.  El pintor, a quien su padre había escrito poco antes, citaría cómo murió solo, acompañado tan sólo por gente extraña.

Teodoro moriría en Francia en 1856, con apenas 37 años de edad.  Diez años después moriría su madre.

La bahía y península de Samaná tienen un historial importante, lleno de curiosas anécdotas, pero indudablemente el período entre 1795 y 1819 fue el más interesante de todos, y fue durante esos conflictivos años que nació allí el célebre pintor francés.