Historia Dominicana

Paz E Inversiones

El 1ro. de noviembre de 1700, murió sin de­jar descendiente el último rey de España prove­niente de la dinastía de los Habsburgos, Carlos II el Hechizado..

Le sucedió en el trono español Felipe de Borbón, duque de Anjou, quien era nieto de Luis XIV. Reinó con el nombre de Felipe V.

Al estar gobernadas España y Francia por mo­narcas provenientes de una misma familia, la Borbón, se previó que no habría más conflictos entre las dos colonias que compartían La Española.

Fundamentada en esta favorable perspectiva de paz duradera, la burguesía francesa invirtió sumas millonarias en la fundación de centenares de plantaciones de café, cacao, índigo, algodón y caña de azúcar, y en la compra de miles de escla­vos africanos para ponerlos a trabajar en las mis­mas.

Basada en la economía de plantaciones que desarrolló, en el transcurso del siglo XVIII, el San­to Domingo Francés se convirtió en una colonia muy productiva.

Una actitud totalmente contraria era la de Es­paña, nación que no invertía capitales en el Santo Domingo Español, por lo que esta colonia progre­só mucho menos que el Santo Domingo Francés.

Lo único que hizo la Corona española desde 1608 hasta 1794, el último año antes de ceder el Santo Domingo Español a Francia mediante el Tratado de Basilea, fue ordenar al virreinato de Nueva España (México), o en ocasiones al de Nueva Granada (Colombia), que entregase al gobernador del Santo Domingo Español una suma anual para pagar los sueldos de los sacerdotes, soldados y empleados públicos. Este subsidio fue llamado el Situado, y su cantidad se elevaba en los últimos años en que se entregó a trescientos cincuenta mil pesos.

La escasa actividad productiva y el aislamien­to comercial reinante en la colonia española en esa época provocaron una gran penuria en sus escasos habitantes. Esta era de tal magnitud, que el amo vivía en condiciones de pobreza casi igua­les a las de su esclavo.

La similitud de estilos de vida entre el amo y el esclavo como consecuencia de la miseria reinante, y la escasa población hicie­ron que se incrementaran grandemente las unio­nes de blancos y negras, dando origen a un ele­vado porcentaje de mulatos